En Petricor la lluvia y el agua se utilizan como metáfora de la comunicación humana. Comienza con una «Garúa», un sirimiri fino, intenso y persistente que moja sin que se note, como una especie de comunicación no verbal que dice sin decir, como un gesto ahogado. El silencio como protagonista de una tormenta sigilosa, de una tempestad sorda, sin truenos, como si los textos fuesen partituras mudas. La llovizna se transforma en una «Galerna», una mezcla de lluvia y viento, textos en los que la comunicación se hace más intensa, con una simbología que moja y una palabra que cala hasta los huesos. La obra acaba con un «Diluvio», historias que muestran un mundo fantástico donde la comunicación inunda las páginas a través de la imaginación y el mundo de las ideas.

Petricor es la palabra que denomina el olor de la tierra mojada, un aroma provocado por un microorganismo. Quién no ha cerrado los ojos para aspirar la fragancia de la lluvia cuando cae sobre los suelos secos. Esta obra de Manu Espada provoca en el lector ese perfume húmedo, esa sensación, esa bacteria que se queda en el cuerpo. Y empapa por dentro.


Ficha técnica
Colección: Microrrelatos, nº 4
ISBN: 978-84-95430-73-1
Año: 2018
Páginas: 140
Formato: 14,3 x 21 cm
Encuadernación: Rústica con solapas
Papel portada: Cartulina Gráfica plastificada brillo de 280 g
Papel interior: Coral Book de 90 g
Precio con IVA: 17.00€

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